domingo, 3 de marzo de 2013

El búho.

"Impasible y observadora, puedo apreciar como esa ave me juzga... Como juzga cada error, cada pecado y cada pensamiento impuro..."



La madrugada se volvía eterna. Mis ojos anclados al techo de mi habitación no parecían estar interesados en cerrarse y trasladarme al mundo de los sueños, donde nada es real, donde nada importa...

Una noche bastante inquietante. Era la segunda noche consecutiva que no podía dormir. Y justo cuando parecía que estaba a punto de conseguirlo escuché un ruido. Un golpe en mi ventana con la rama del árbol que hay junto a ella.

El viento, solo fue el viento. Eso quise pensar. El viento travieso y juguetón de aquella maldita noche. 

Al cabo de unos segundos, volvió a sonar ese ruido. Esta vez más fuerte. Probablemente fue por el sobresalto del momento, pero pude apreciar como algo o alguien rasgaba el cristal de la ventana.

Me arropé, solo mis ojos escapaban de aquella prisión que yo mismo creé con las sabanas y mantas. Mirando al techo sin poder parpadear. Intenté tranquilizarme. Seguro que fue la rama, la rama de aquel árbol  si, solo puede ser eso. 

Pero volvió a sonar... Me estaba volviendo loco. ¿Qué o quién podía ser? 

Decidí actuar como un hombre. Como un hombre sin miedo, decidido... Como un estúpido...

Tembloroso, salí de la cama. Escuchaba el viento silbar a través de la pequeña raja de la ventana. Andaba cauteloso, tembloroso, asustado. No sabía lo que esperaba tras aquella ventana. Solo tenia constancia de ese ruido desgarrador que me mantenía en suspense. Finalmente llegué a la ventana y miré a través de ella.

Como yo pensaba, era el viento, movió la rama más cercana a la ventana y produjo aquel tenebroso ruido. 

Sin embargo, justo cuando me di la vuelta volví a escuchar ese ruido. Me quedé totalmente paralizado... No sabía que hacer. El ruido no paraba, escuchaba perfectamente como si unas garras intentasen atravesar el cristal desgastandolo lentamente. 

Me giré de golpe y caí de espaldas al suelo al ver aquello. 

Un enorme búho parecía querer entrar en mi habitación. Tras un segundo me puse en pie y reí tranquilamente. Sintiéndome más estúpido de lo habitual me acerqué a la ventana y di un golpe en el cristal espantando al pájaro. Pude observar como se posaba en el árbol. Ya podía volver a mi cama e intentar conciliar el sueño. Pero tras volver a girarme, escuché de nuevo como sus garras pretendían penetrar el grueso cristal.

Me giré nuevamente y volví a asustarlo. Pero volvió a posarse en el árbol. Me miraba fijamente. Una mirada tan tranquila que me parecía siniestra. Un escalofrío recorrió todo mi ser. Solo es un pájaro, un pájaro y nada más... No debo tener miedo de un simple pájaro. 

Pero cuando me daba la vuelta volvía a rasgar el cristal. Volví a mirarlo fijamente y me perdí en su mirada. Me veía a mi mismo... Veía mi vida... Y no me gustaba.

Ese pájaro parecía haber venido del mismísimo infierno solo para atormentarme. 

No se movía ni un ápice. Cada vez estaba más y más nervioso. ¿Qué quieres de mí, ave infernal? Solo quiero dormir, escapar de la realidad. ¡Déjame en paz!

Al cabo de un momento me di cuenta de que estaba gritándole a un pájaro. Pájaro que probablemente solo estuviese ahí para reposar tras una larga distancia de vuelo. Decidí relajarme y volver a la cama ignorando cualquier ruido. 

Al darme la vuelta pude oír de nuevo como rasgaba la ventana. Pero decidí no prestarle atención. Aunque me fue imposible... Cada vez lo hacía más fuerte... Más rápido. 

Decidí actuar, apartarlo de aquél árbol, de aquella ventana, de mi vida... Cogí un paraguas y abrí la ventana. Empecé a hacer aspavientos con las manos y a agitar el paraguas. El búho revoloteó alrededor de mí y volvió a posarse en el árbol.

Decidí acercarme más a él. Me subí a la rama de aquél árbol y pude escuchar un ligero crujido. Quizás la rama no aguantase durante mucho tiempo, debía darme prisa. Abrí el paraguas para asustar a aquel maldito animal pero fue en vano. Tras un leve revoloteo volvió a su posición.

Volví a perderme en sus oscuros ojos. Me viene un recuerdo a la cabeza. Un recuerdo oscuro que deseo olvidar desde hace mucho... El recuerdo de una mujer.Una mujer que ya no pertenece al mundo de los vivos. Una mujer a la que amaba... Aún no me he podido quitar ese sentimiento de culpabilidad por su muerte...

El búho parece estar aquí solo para recordarmelo. Para hacerme caer en la locura que he intentado evitar durante años. Tengo que acabar con esto, tengo que evitar que me vuelva loco.

Me pongo completamente de pie en la rama y ando decidido hacia él. Antes de llegar escucho de nuevo un crujido y me quedo quieto. La rama va a partirse inevitablemente. No puedo hacer otra cosa que saltar hacia delante. Pero antes de que tome impulso la rama se parte.

Mientras caigo puedo apreciar como el búho me mira. Son a penas un par de segundos, pero se me hacen bastante largos.

Algo frío atraviesa mi pecho. Es el metal del que está hecha la valla que rodea mi casa.

Al final mi muerte es inevitable. Desde hace dos días notaba que algo oscuro iba a suceder. El búho solo era el mensajero... Ahora lo entiendo todo. Y aquí me veo, atravesado por el frío metal, mirando al cielo y sin posibilidad de moverme ni sobrevivir.

Puedo ver como la luna llena aporta una fría luz a la oscuridad que ofrece el cielo nocturno. Y de nuevo oigo ese aleteo.

Muevo un poco mi cabeza y vuelvo a ver al búho. Esta vez posado sobre el ensangrentado acero en forma de lanza que ha atravesado mi pecho. Intento agarrarlo, pero es inútil, a penas puedo mover la mano.

Veo como me observa impasible. Gira su cabeza y alza el vuelo.

Observo como se aleja lentamente. Ya ha cumplido su cometido. Y vuela hacia la brillante luna, dejándome a mí la oscuridad...

____________________________________________________________________

Bueno, tenía esto empezado desde hace un tiempo y me he dignado a terminarlo hoy. La verdad es que me parece una historia con un fondo bastante romántico, a pesar de la impresión tenebrosa y oscura que pueda causar.

Espero que os guste leerla tanto como a mí escribirla.