lunes, 3 de junio de 2013

El viento de las estrellas.

¿Por qué el viento sopla aquí de forma diferente?
Es una pregunta que siempre me he hecho. Nunca he encontrado respuesta... 

Hace ya más de tres años que perdí el contacto con la tierra. Con todo signo de vida. Hoy he acabado con las provisiones. He conseguido alargarlas tanto como he podido, pero sabía que no durarían para siempre. Calculo que pronto moriré de hambre. Es una lastima que no nos diesen un arma... ya que, probablemente, en unos días, cuando el hambre me haga perder la cordura, echaré en falta una bala entre ceja y ceja.

Jhonson... Mayson... Caster... Todos ellos tomaron la decisión de "respirar". Jhonson lo hizo a los tres meses de estar incomunicados. Decía que nunca más volvería a ver a sus hijos y a su esposa... Intentamos detenerlo, pero fue en vano. cuando Caster y yo lo agarramos el se quitó el traje como pudo... cuando se quitó el casco su cabeza estalló por la presión. Juraría que en el segundo antes de que eso pasara, lo vi sonreír. Sólo recordar eso ya me hace sentirme mal...

Mayson fue el siguiente. Un año y algo después de Jhonson. Siempre miraba una foto de su hijo. Ya era mayor, tenía quince años. Siempre me comentaba que cuando volviésemos lo llevaría de caza. Siempre se mostró triste por lo que hizo Jhonson. El no estaba presente cuando ocurrió. Pero decía que al menos, había terminado con todo, ya que aseguraba que moriríamos tarde o temprano en esta nave. Un día, nos dijo a Caster y a mi que eramos grandes compañeros, que nos echaría de menos... Un par de horas más tarde, el joven Caster y yo estábamos cenando cuando oímos la alarma de la puerta. Estaba abierta y no se veía nada.

Tres meses más tarde, Caster me preguntó: ¿Qué sentido tiene seguir viviendo en esta nave, capitán?
No supe que contestarle... No teníamos combustible, no teníamos radio, nos estábamos quedando casi sin provisiones y dábamos por hecho que jamás volveríamos a pisar tierra. 
Lo miré con esa mirada que ponemos todos cuando no sabemos que contestar, pero sabemos perfectamente lo que va a suceder. Simplemente asentí. No era más que un chiquillo, apenas tenía veintiséis años. Tenía una novia de su edad, siempre hablaba de ella, de las ganas que tenía de volver y abrazarla, de hacerle el amor y de pedirle matrimonio. Nosotros nos metíamos con él... "Nunca te harás un hombre si piensas como una mujer" le decíamos. Ese día, bajo mi consentimiento... salió a "respirar".

Dudo mucho que este mensaje sea escuchado alguna vez. Realmente no se ni porqué lo grabo... Creo que se lo debo a los tres. Es una forma de redimirme por haberlos llevado a la muerte. En el caso de que alguien encuentre esta nave y oiga este mensaje, han de saber que: Carl Jhonson, Ted Mayson y Leonard Caster. Tripulantes de la nave Estrella de fuego. Fueron honorables compañeros, profesionales en todo lo relativo a sus puestos de trabajo. Sus familias y seres queridos deben conocer como murieron.

En cuanto a mí. No tengo a nadie que llore mi perdida. Por lo tanto, mi nombre es irrelevante. He cumplido con mi papel de capitán de la Estrella de fuego desde el primer día hasta... Hoy. 

Al finalizar este mensaje, apagaré todos los sistemas, dejaré la nave totalmente muerta. Dirigiéndose a la nada, sin nadie que observe la oscuridad del espacio. Cambio y corto.

Parece que es mi turno... Prefiero morir ahora que dentro de unos días. Si el resultado va a ser el mismo ¿para qué alargarlo? 

La puerta de la nave sigue tan dura como siempre. Es un alivio saber que no tendré que abrirla más veces. 

De nuevo noto ese viento... me azota la cara... ¿Por qué el viento sopla aquí de forma diferente?